12 jul 2009

MAXIMA VELOCIDAD

Luciana Aymar ante dos chinas; el autopase parece pensado a la medida de su juego. FOTO:Villarpress

Por Gaston Saiz de la Redaccion de La Nacion.

El ritmo es frenético, todo se resuelve en centésimas de segundo. La técnica empieza a ganarle claramente la pulseada a la táctica. También a un nivel de elite, el hockey sobre césped ya se desarrolla al compás del "autopase", la nueva regla que revolucionó este deporte y que no da respiros a quien defiende o ataca.
Cuando un jugador ejecuta un tiro libre puede tomar contacto nuevamente con la bocha por medio del autopase. Antes, quien reanudaba el juego debía dar un pase a un compañero para recién hacerse de la posesión de la bocha.

Esta sustancial modificación y otras anexas -se redujo la peligrosidad de los tiros libres directos al círculo- ya habían debutado en el ámbito local en febrero. Sin embargo, el Champions Trophy que comenzó anteanoche en Sydney, con el triunfo de las Leonas sobre China por 2 a 1, es el primer torneo oficial de seleccionados mayores que asiste a estos cambios reglamentarios.

A simple vista, el cambio es impresionante: las jugadoras de ambos equipos salen disparadas hacia adelante como si fueran gacelas desbocadas. Casi no hay tiempo para pensar; cuando un conjunto intenta acomodarse, el otro ya está metido dentro del círculo contrario con una acción personal. Parece el paraíso para Luciana Aymar, la mujer más dotada técnicamente del mundo, que creó un arte en dar grandes zancadas y desequilibrar con pelota dominada. Una salida ya no necesita de una combinación entre un líbero y stopper. Un lateral se ejecuta automáticamente sin buscar sí o sí una descarga cercana. El desgaste ahora es mayor, por lo que se acortaron un poco los tiempos de los reemplazos. A Lucha la muelen a palazos casi tanto como antes, pero ella misma se reincorpora y sigue con la bocha.

Muchas veces, la mejor opción sigue siendo la habilitación a una compañera, aunque la tentación es enceguecerse con el sólo objetivo de avanzar muchas yardas y arrollar. Este es hoy el mayor déficit de la mayoría de las jugadoras, egoístas sin quererlo.

"Hay que encontrar un equilibrio", advierte Carlos Retegui, técnico del seleccionado, con respecto al dilema de pecar de individualismo o hacer hincapié en el juego colectivo.

Todas estas reglas, según el criterio de la Federación Internacional de Hockey (FIH), disminuyen las interrupciones del partido y prolongan el tiempo de la bocha en movimiento, en favor de un juego más fluido. Efectivamente, eso es lo que se observa, como también varias torpezas producto de ese andar de las chicas como topadoras .

Sergio Vigil, arquitecto del Fenómeno Leonas , está satisfecho con los cambios, pero también avisa sobre los riesgos: "No hay que confundir velocidad con vértigo. No hay que equivocarse en utilizar el autopase al servicio individual, en detrimento del funcionamiento colectivo. Los equipos inteligentes usarán esta regla en momentos clave. Los que no lo son, sólo lograrán que la jugadora vaya al choque".

Según Cachito, es vital lo que se denomina el pre-scanning . "Significa poner en juego la pelota en una centésima de segundo, pero habiendo analizado antes a quién tenés alrededor, tanto compañeras como rivales. El gran problema es jugar inmediatamente sin saber qué hacer; eso es no entender el juego".

El que anda encantado con la novedosa dinámica es el presidente de la FIH, el español Leandro Negre. Claro, también lo razona en un sentido comercial: "El autopase está en línea con nuestra idea de convertir al hockey en un deporte más atrayente, el poder ofrecer al público televisivo un verdadero espectáculo. Las disciplinas olímpicas minoritarias como ésta deben ofrecer un producto atractivo".
Si el flamante reglamento -hasta aquí experimental- constituye un beneficio para el jugador, genera un desafío extra para los jueces. Así lo reconoce Soledad Iparraguirre, que dirigió las dos últimas finales olímpicas femeninas: "Se hace más difícil, porque la interpretación subjetiva es más amplia. En el lugar donde se realiza el autopase, ninguna rival que se ubique dentro de un radio de 5 metros debe interferir o participar. Eso te obliga a calcular rápido las distancias y evaluar las intenciones".

Tras un año de laboratorio, estas reglas terminarán aprobándose. Mientras tanto las Leonas vuelan , se cansan un poco más y ganan, como ante China.

FUENTE: LA NACION edicion impresa 12/07/09