24 ago 2008

El adios a la gran capitana


FUENTE: LA NACION 23/08/08
PEKIN (De un enviado especial).- De aquel título en el Mundial junior de Terrassa en 1993 a esta medalla de bronce, su tercera en los Juegos Olímpicos, Magdalena Aicega le dedicó 16 años de su vida a la selección argentina. Es lógica la emoción, el llanto. Pero en el clima que proponen las Leonas, no hay mucho tiempo para la nostalgia: "¡Dale, che, dejá de llorar!", le grita Soledad García, que pasa y le pega un empujón, provocándole otra vez una sonrisa.
Aicega atendió a los periodistas utilizando una bandera que tenía su nombre y las firmas de todas sus amigas de la selección como un chal para cubrirse el pecho. Alguna cuestión de pudor que no había tenido cinco minutos antes, cuando Maradona le pidió la camiseta: "Y, fue un pedido de Diego, así que no podía decirle que no. No tardé ni un segundo en sacármela".
Enseguida empieza a hablar de su última actuación como Leona: "Para mí, era una noche de emociones. Pero con emociones no se gana el partido. Se gana con la cabeza y con el corazón. Me retiro, me voy feliz con este grupo y esta medalla".
Sumó cuatro medallas en los Juegos Panamericanos (1995, 1999, 2003 y 2007), dos títulos en el Champions Trophy (2001 y 2008), tres medallas en Mundiales (oro en 2002, plata en 1994 y bronce en 2006) y otras tres olímpicas (plata en 2000 y bronce en 2004 y 2008). Nunca dejó de ser convocada para torneos oficiales y mantuvo asistencia perfecta. Pocas veces fue reemplazada, fiel a su condición de defensora. Jamás sufrió una lesión que la apartara de una citación. Siempre dio el presente en los entrenamientos. Un currículum envidiable: "Sé que desde mi lugar le di todo al seleccionado. Lo único que me gustaría dejarles a las chicas que se vienen son los valores que me inculcaron. El hockey no es sólo un palo y una bocha. Es un deporte que me dio todas alegrías, no puedo quejarme de nada. Espero haber sido una buena capitana para el seleccionado y una buena persona para este grupo. Nunca me caractericé por ser la mejor, lo mío siempre fue la garra y el esfuerzo, tal vez las defensoras somos las menos habilidosas pero creo que todas, de alguna forma, le brindamos al equipo lo mejor".
Antes del partido, como capitana, habló como siempre. Pero ésta fue la última vez. Una despedida simple y rápida: "Disfruté mucho en todos estos años de la selección, son mis últimos 70 minutos y sólo les pido eso, que los disfrutemos", les dijo a sus compañeras antes del partido frente a Alemania.
Gabriel Minadeo contó lo que significó la defensora para las Leonas: "Fue un partido muy difícil para ella, difícil de jugarlo por lo que estaba viviendo, pero Magui dejó todo en la cancha y fue como siempre una de las referentes. Con su ida, el equipo va a sufrir la pérdida de su humildad, su alegría de siempre, la ganas de ir a entrenarse y ser la primera en llegar y la última en irse".
Al final, hasta Soledad García, que en un momento quiso romper la añoranza en medio de la celebración, terminó contando con los ojos vidriosos: "Es emocionante saber que es el último partido internacional de nuestra capitana, que se retira. Va a ser raro ya no tenerla entrenándose y jugando con nosotras".
Magui se formó en Belgrano Athletic desde los 7 años, impulsada por sus padres, que quisieron que acompañara a su hermano Tomás, afianzado en ese momento en las divisiones juveniles de rugby del club. Ahí comenzó su brillante carrera en el hockey.
300 son los partidos oficiales que jugó Magdalena Aicega en el seleccionado nacional. Fue votada por sus compañeras como capitana en 2003, tras el retiro de Karina Masotta, y es la que más títulos atesoró en la historia del hockey nacional. El 1° de noviembre cumplirá 35 años, es nutricionista y está casada con Mariano Lorenzetti, rugbier de Hindú Club. Además, fue dos veces elegida por la Federación Internacional de Hockey (FIH) dentro de las All Stars, el equipo ideal.